Pero, ¿tú también, Bob?

El otro día fui al cine a ver «Bob Marley: One Love». No es que yo sea muy fan del reggae, ni de Bob Marley, pero si me gustan algunos de sus temas y Bob me causaba cierta simpatía. Ese rastudo revolucionario que cantaba por el amor y la unidad…

Ya al principio de la peli algo me dejó incómoda. Os cuento: Jamaica está al borde de la guerra civil y Bob y su grupo van a dar un concierto en favor de la paz y la unidad. Qué majos. Un día antes los del grupo y algunos de sus peques están jugando al fútbol y hay un tiroteo. Bob se lo cuenta a Rita (Rita, su mujer) y ella le dice que quizá no debe dar el concierto porque teme que haya represalias contra su familia. Esta Rita, ya le vale, preocupándose por su familia, por la vida «en minúsculas». ¿Que somos nosotros, Rita? Lo importante es el país, la gente, la paz. La VIDA, en mayúsculas.

Efectivamente, justo antes del concierto un tipo dispara a Rita (en la cabeza, tiene que quedarse hospitalizada), a Bob y a otro amigo.
Pero Bob no para el tema del concierto, no. Aun sabiendo que hay un riesgo real de que maten a su familia, el no, el a por la VIDA en grande.

Da el concierto y, claro, luego se marcha a Europa para estar a salvo. ¿Y se va con su familia? No, que eso seria mucho lio para un líder como el. A su familia la manda con Rita a casa de su madre (la de el) . Y se pasa varios años sin ver a su prole.

Al salir de la película lo primero que hice fue ir a la Wikipedia para saber más de Rita. Rita estaba en la música antes que Bob, dejó su grupo («The Soulettes») para unirse al de Bob. Fue ella la que le introdujo en el rastafarismo. Fue ella la que tuvo que irse de la casa de la familia porque Bob llevaba allí a sus amantes. Algunas de ellas eran blancas y no soportaban convivir con una negra. Fue ella la que cuido de toda su prole, e incluso de algunos hijos que Bob tuvo con sus amantes. Y, finalmente, fue ella la que fue violada por Bob cuando su matrimonio se había acabado (fruto de esa violacion nació su hijo pequeño).

Que majo el rastudo, ¿eh? Mucha paz, amor y unidad, pero de puertas para afuera, que mis privilegios de macho me los quedo como todos.

1 comentario en “Pero, ¿tú también, Bob?”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio